Para construir algo nuevo hay que destruir lo anterior,
LIMPIAR, poner los cimientos, preparar el terreno.
Ser jóvenes tal vez es comprender que somos constructores,
arquitectos de nuestra propia vida. Hoy estamos construyendo futuro.
Un ladrillo sirve para construir casas que alberguen sueños,
puentes que unen diferencias, DEFENSAS QUE NOS PROTEJAN, pero
también sirve para levantar muros que NOS SEPARAN y nos vuelven IRRECONCILIABLES.
Como diría Hermann Hesse, "quien quiera nacer, deberá destruir un mundo".
ResponderEliminarTristemente, cuando hacés tu propio camino, no siempre es paralelo al de la gente que te rodea...